Escapismos: Capítulo 21

MauroT
4 min readDec 4, 2020

Ensayo para gritar en una cueva

¿Cuál es el propósito de gritar en una cueva? ¿Hay alguna satisfacción oculta en ese acto que nos motiva a seguir entrando a lugares extraños donde podemos expresarnos? Quizás el anonimato de purgar emociones en la oscuridad es un llamado que no podemos rechazar. Tal vez la oscuridad del lugar, mezclada con el misterio que conlleva la aparición repentina de una cueva nos lleva, invariablemente, a aventurarnos dentro de este tipo de lugar.

En años recientes, se ha visto un incremento en la cantidad de cuevas que han surgido a lo largo del territorio. Dada esta situación, se han implementado varias medidas de investigación, cuyos resultados proporcionan una mirada distinta a los sucesos de los últimos días. En el presente ensayo, se busca aclarar los acontecimientos que llevaron a nuestra sociedad a vivir en un estado de constante repetición. Para el propósito de esta investigación, fue requerido el apoyo de otro investigador, cuya experiencia en el área que se está investigando resultó invaluable para este ensayo. A modo de agradecimiento, una sección de este ensayo expone su punto de vista.

La aparición de esta nueva cueva proporciona distintas posibilidades que se explorarán a continuación. Las preguntas más pertinentes para esto giran en torno al uso que se le puede dar a la nueva cueva: ¿Por qué ocurre este fenómeno? ¿Es posible sentir satisfacción después de gritar en una cueva? ¿Habrá alguien en lo profundo de la cueva que responda? ¿Tiene algún propósito escribir este ensayo?

Una cueva es un hogar. Algunas veces es un símbolo del principio, el origen de un pueblo o una aventura. Una cueva se presenta como un refugio, se presenta como una protección del mundo exterior, un resguardo de los peligros naturales…”

Pausa.

Esto no es lo que puedo escribir. Quisiera hacerlo, pero no lo puedo escribir. Las palabras no funcionan para esto, ¿será Neia? Tal vez he ido demasiado lejos y la historia se deshace en el tiempo que tarda viajar de mi mente a los dedos. Tal vez ya no queda nada más qué decir y la historia termina aquí, con un ensayo sin terminar donde todos los personajes se encuentran. Esta podrá no ser la historia y en cambio un pretexto o una razón para cambiar a otras cosas, pero, sigue siendo una historia. Esté escrita o no, la historia sucedió.

Tal vez en un futuro este texto pueda terminarse, pero probablemente no será Me´en quien escriba la historia. Tal vez sean Lía y su Sombra, que han viajado en silencio todo este tiempo, tratando de convencer al personaje de aceptar a su creadora. Tal vez Pim sea el que hable, guiándose por la Oscuridad y la voz de Me´en, con más preguntas que respuestas, confundido por su lugar en este mundo, pero confiando en su madre.

No será Inos, pues su lugar no es entre los demás personajes, sino afuera, deshaciendo el mundo, luchando contra su destino, él desata su furia contra sus iguales, porque no puede aceptar no ser único, a pesar de que le he dado un rol que sólo él puede cumplir. L sigue deambulando por las palabras, pareciera que es lo único que le enseñé a hacer: caminar y esperar, pero sé que hará más, ella contiene mis sonrisas de los últimos años.

Es una cueva y no otra cosa porque me gusta el concepto ¿Qué es una cueva sino una entrada a las profundidas de la tierra y al mismo tiempo una salida de las peores desgracias? Es en una cueva en la que Orfeo pierde a Eurídice por segunda vez. Es una cueva por dónde Perséfone entra y sale para conocer el amor. Dante entra al Infierno por una cueva (al menos así lo recuerdo, eso y una montaña) y es testigo del sufrimiento de los muertos. Es dentro de una cueva donde Odiseo rechaza su nombre y, por lo tanto, su identidad, cuando vuelva a salir, lo único que verán sus compañeros marineros será a un extraño.

Siento que me tengo que disculpar una vez más. Este no es un personaje nuevo, no es alguien que tendrá un impacto en el futuro con sus acciones dentro de la historia, sólo soy yo. Soy yo y me acepto como un personaje más, pues en estas historias sé que deambula un personaje cuya misión es hacerme fracasar. Tal vez ya lo logró y sólo ella sabe. “Entonces salió a la calle y lo golpeó un camión, ni siquiera tuvo tiempo para reaccionar”, ese sería el fin, porque muchas veces me imagino que así deben acabar las historias, de manera aleatoria, con un final inesperado y en la muerte.

Me disculpo porque aquí está el tras bambalinas más descarado que he hecho, si la historia fuera un museo podría mostrarles una placa que diga mis influencias, mis motivaciones y el propósito de cada personaje, capítulo, escena, palabra, etcétera. Pero en cambio les entrego esto, mis ideas editadas, mis intentos y fracasos por escribir un ensayo más y lo que sea que vaya a suceder más adelante. En esta cueva están todos aquellos que tienen nombre y muy pronto serán como aquellos héroes que no dejan mi cabeza, con el conocimiento de un destino trágico, sin posibilidades de escapar.

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